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jueves, 6 de febrero de 2014

La Salvajada del Tribunal Supremo

Este miércoles dos niños valencianos de 5 años se levantaron con una noticia demoledora: el Tribunal Supremo ha decidido que sus padres no son sus padres. Un periódico publicaba la filtración de la sentencia que les deja sin DNI, sin pasaporte, sin cobertura sanitaria, sin derecho a voto... La Dirección General de los Registros y del Notariado (DGRN) ha sido condenada a anular su inscripción en el Registro Civil y por tanto pierden la ciudadanía española.

El pecado de estos niños es tener dos papás. Dos hombres valientes que decidieron cumplir su sueño de ser padres emprendiendo el difícil camino de tener hijos por Gestación Subrogada en California. Ellos no pudieron fingir haber parido a sus hijos, como hacían muchas mujeres que llegaban al Consulado de España en Los Ángeles. Y tomaron la decisión de luchar por los derechos de filiación que el estado de California les otorga.
Siempre estuvieron plenamente convencidos de la legitimidad de la Gestación Subrogada como técnica de reproducción asistida. El mismo convencimiento que tenemos las más de 300 familias que hemos seguido sus pasos y que hoy componemos Son Nuestros Hijos. Y el mismo convencimiento que tiene la Sociedad Americana de Medicina Reproductiva y otras muchas sociedades médicas que recomiendan su regulación ética como solución para las familias que no pueden gestar a sus propios hijos.
Falta todavía por confirmar que la información publicada es correcta y que existe la tal sentencia [el Supremo confirma a El HuffPost a las 13:45 del jueves que la sentencia no está todavía ni firmada ni notificada]. En cualquier caso, dejando a un lado el escándalo que supone que las sentencias del Supremo se filtren, el contenido filtrado es muy cuestionable jurídicamente. Muestra de ello es el margen tan ajustado con el que parece que ha sido aprobada (5 magistrados a favor y 4 en contra). Pero a nivel humano es una salvajada, desprecia el Interés Superior del Menor y deja sin padres a dos criaturas indefensas. Imagínate que el Alto Tribunal te quita a tus hijos y los deja en un limbo legal, sin ciudadanía, sin papeles en su propio país.
Y lo peor de todo es la solución que la propia sentencia propone "la acción de filiación por parte del miembro de la pareja que sea el padre biológico". ¿De verdad creen los señores magistrados que los derechos civiles de estos niños se salvaguardan quitándoles uno de sus padres? ¿Qué pasaría si tuvieron que recurrir a un donante de esperma?
Incluso para aplicar esta solución, los niños tendrían que salir primero del limbo legal en que les deja la sentencia mediante una nueva inscripción en el registro. Pero según la sentencia y aplicando la LTRA, tendrían que ser inscritos con su gestante como madre. Saldrían del limbo legal para pasar a la más absoluta inseguridad jurídica.
¿Qué hacemos ahora? ¿Llamamos por teléfono a su gestante que está plácidamente con su familia en California y le decimos que ahora tiene dos hijos más y que se enfrenta a una demanda por abandono? Afortunadamente la mayoría de las familias por Gestación Subrogada mantenemos una estupenda relación con nuestras gestantes, esas mujeres maravillosas que nos ayudaron a cumplir nuestro sueño. Pero hasta las mujeres y los hombres más maravillosos son humanos. Las relaciones se pueden torcer y producirse un conflicto ante el que la sentencia del Supremo nos deja completamente indefensos.
Desde el punto de vista jurídico esta situación es un disparate. Los niños quedarían con padres diferentes según el país en el que estén. Tendrían una madre en España que no tendrían en EEUU y lo contrario pasaría con su otro padre, cambiarían de apellidos al cruzar las fronteras. Esto contraviene el derecho fundamental del niño a tener una identidad única recogido en la Convención de los Derechos del Niño.
La Oficina Permanente de la Conferencia de la Haya está trabajando en este tipo de situaciones del Derecho Internacional Privado y los informes preliminares van encaminados a recomendar acuerdos que consoliden el reconocimiento mutuo de las relaciones de filiación establecidas en casos internacionales de Gestación Subrogada.
Pero parece que a algunos magistrados del Tribunal Supremo les dan igual los tratados internacionales. ¿Para ellos es más importante imponer una moral pública de corte católico, contraria a lo nuevos modelos de familia y a las técnicas de reproducción asistida? ¿Qué problema tienen con la felicidad ajena?

domingo, 21 de octubre de 2012

Vivimos en un mundo mejor

Dicen que a mi abuelo no le cabían los libros en casa, compraba compulsivamente más de lo que era capaz de leer. A mi me gusta pensar que hoy día no tendría problema de espacio, todos los libros le habrían cabido en la memoria de un teléfono móvil. Las enciclopedias no se le quedarían desfasadas, porque consultaría Wikipedia de la misma manera que podría consultar mapas de todo el mundo y diccionarios de todas las lenguas. Podría bajarse cualquier título desde cualquier parte, leer las críticas y hojear temas afines. Mientras lee, podría acceder a la definición de una palabra con solo tocarla, hacer comentarios y compartirlos con toda una comunidad de lectores. Podría contactar con el autor y seguir a tiempo real avances sobre la nueva obra que está escribiendo, incluso ayudarle a financiar su publicación. Habría disfrutado mucho viviendo hoy día. Y hasta podría haberle arrancado más años a la vida si hubiese contado con el arsenal terapéutico del 2012.
Sin embargo, no son los avances médicos ni técnicos los que hacen que vivamos en un mundo mejor. Los abuelos de muchos europeos de mi edad murieron jóvenes a causa de la violencia. En los años 30 y 40 las posibilidades de morir asesinado, fusilado o en un bombardeo eran mucho mayores que hoy día. Y lo mismo se puede decir de cualquier epóca anterior, ya fueran tiempos de guerra o tiempos de paz, la vida solía terminar en muerte violenta con muchísima más frecuencia.
Por la cantidad de conflictos armados a los que nos hiperexponen los medios de comunicación, podría parecer que el mundo está cada vez peor. Pero un análisis objetivo revela que la violencia ha ido disminuyendo a lo largo de la historia de la humanidad. Ésta es la conclusión a la que llega Steven Pinker en su último libro The Better Angels of Our Nature. Y la buena noticia es que esta conclusión no deriva de las elucubraciones de su pensamiento político, sino del riguroso estudio científico de una enorme cantidad de datos.
Pinker encuentra una tendencia a disminuir en todos los indicadores de violencia que estudia, desde el porcentaje de restos humanos prehistóricos con signos de violencia, hasta las tasas de asesinatos en las sociedades contemporáneas. Las conclusiones revientan la teoría del "buen salvaje" de Rousseau que ha gobernado la corrección política durante el siglo XX. Las sociedades de cazadores recolectores no viven en un jardín del edén, sino que están brutalizadas por unas tasas de muerte violenta superiores a las de la segunda guerra mundial.
La cantidad de datos que Pinker presenta en las más de 1.000 páginas de libro es abrumadora, el análisis riguroso y exhaustivo y la conclusión reveladora: Vivimos en el lugar y en el momento más seguro de la historia de la humanidad, Europa occidental a comienzos del siglo XXI. Si tenemos la sensación de que el mundo es cada vez más violento, es porque estamos más sensibilizados a la violencia.
Como era de esperar, esta conclusión políticamente incorrecta ha levantado ampollas. He encontrado muchas críticas al trabajo de Pinker, aunque ninguna convincente. Todos los argumentos en contra destilan un tufillo a prejuicio político, carecen de objetividad histórica o se centran en detalles irrelevantes. En cualquier caso, no consiguen cuestionar los datos que soportan las 6 fases de la historia humana en las que Pinker identifica disminuciones cuantificables de la violencia.
Y estos datos piden a gritos una teoría que los explique. Para ello, Pinker analiza la naturaleza humana y se centra en 9 sistemas psicológicos: 5 de ellos llevan a la violencia (a los que llama metafóricamente demonios) y 4 que llevan a la paz (los ángeles que dan título al libro). Los demonios de la depredación, la dominación, la venganza, el sadismo y la ideología han ido siendo sustituidos por los ángeles de la empatía, el autocontrol, la moral y la razón.
En el marco teórico que propone Pinker, diferentes fuerzas históricas han ido modulando la naturaleza humana y creando un circulo virtuoso de pacificación: El triunfo del Estado sobre la anarquía, del comercio sobre el expolio, de la feminización de la sociedad sobre la violencia masculina, del cosmopolitanismo sobre la xenofobia y del pensamiento abstracto y crítico sobre la superstición.
Imposible resumir en un post la riqueza de argumentos de este extenso trabajo que invitan a la reflexión sobre muchos logros de nuestra sociedad, desde el matrimonio homosexual hasta el fin del terrorismo de ETA. El próximo 18 de Octubre se publica su traducción al español bajo el títuloLos ángeles que llevamos dentro. En estos tiempos de crisis económica, es una buena ocasión para pararnos a pensar en los motivos que tenemos para ser profundamente optimistas.
Nada asegura que la tendencia pacificadora sea irreversible. Felicitarnos porque vivimos en un mundo mejor no significa dormirnos en la complacencia. Reconocer los logros de nuestra civilización y estudiarlos científicamente es la mejor manera de afianzarlos y continuar progresando. Por la paz que hemos conseguido en nuestra civilización no podemos dar ni un paso atrás. El activismo, la articulación de la sociedad civil y el debate político siguen siendo fundamentales. Nunca conseguiremos erradicar completamente la violencia, pero si podremos reducirla a niveles marginales.

miércoles, 3 de octubre de 2012

Este orgullo celebramos que la gestación subrogada salió del armario

Mi marido y yo queríamos ser padres, algo que puede parecer una locura teniendo en cuenta que ninguno de los dos tenemos útero. Pero cuando el deseo es tan grande se buscan soluciones.
Resultó que no éramos la única pareja del mundo con dificultades; miles de mujeres padecen síndromes como el de Asherman o el de Rokitansky que les impiden gestar a sus hijos. Pronto descubrimos que había una solución, una técnica de reproducción asistida llamada gestación subrogada y vulgarmente conocida como "vientre de alquiler"...
..."Vientre de alquiler", aquello nos sonaba a telefilm de domingo por la tarde, de esos que siempre acaban en tragedia. Los medios llevaban años dando una imagen sórdida del tema. La única información disponible llegaba distorsionada en formato de cámara oculta, donde a todos los que salen se les asume culpables de algo horrible.
Es difícil lanzarse a la aventura de la paternidad por subrogación sin contar con el testimonio tranquilizador de alguien que haya pasado por ello. Y en aquella época no había referentes. Los famosos no contaban su historia con tanta alegría como lo hacen ahora. Miles de niños nacían cada año gestados por mujeres que no eran sus madres, pero nadie hablaba de ello.
Tuvimos la suerte de encontrar a una pareja que nos mostró el camino. De manera desinteresada nos contaron todos los detalles del proceso, desde las cuestiones médicas hasta el marco legal, pasando por la relación maravillosa que suele surgir con la mujer gestante o por cómo organizar los viajes. Nos infundieron la ilusión de saber que un hijo es posible y nos enseñaron que la gestación subrogada es un procedimiento legítimo para a ser padres.
Nuestra hija nació a principios de 2010 en San Diego (California), estaba sana y era preciosa. Nuestra gestante se encontraba perfectamente y todos los miedos acumulandos se disiparon de golpe. No nos cabía tanta felicidad, paseábamos por Pacific Beach con nuestro bebé y lo presentábamos por Skype al resto de la familia.
Recibimos muchas felicitaciones de todos los amigos que habíamos hecho por el camino. Dos años antes habíamos creado una pequeña lista de distribución con las cuatro parejas que habíamos conocido a través de las asociaciones de familias homoparentales. La utilizabamos para compartir información sobre clínicas, agencias, compañías de seguros, abogados y para felicitarnos cuando los test de embarazo daban positivo o cuando nacían nuestros hijos. Esta red social fue creciendo, y ya reunía a decenas de familias que funcionaban dándose apoyo mutuo para afrontar el largo y complejo proceso de subrogación.
Lo que empezó como un pequeño grupo de amigos pronto tomó conciencia de colectivo que podía articularse para luchar por sus derechos. Estábamos teniendo hijos cuya filiación se establece con dos hombres, como reconocen diferentes Estados americanos. Aunque este resultado no es contrario al orden público español, el hecho de tener dos padres hacía sospechar que nuestros hijos habían nacido por un procedimiento nulo según la ley de reproducción asistida.
Una de las familias del grupo tuvo la gran idea: debería ser posible hacer valer esta filiación ante el Registro Civil español. Todos comenzamos a solicitar las inscripciones de nacimiento en los registros consulares con la verdad por delante. Estos Son Nuestros Hijos; sus dos papás no podemos fingir un parto, pero estamos orgullosos de haberlos traído al mundo. Somos españoles y nuestros hijos tienen que ser inscritos como ciudadanos españoles.
Las denegaciones de inscripción no tardaron en llegar, dejando a nuestros hijos en un limbo legal, sin la ciudadanía de sus padres. Al volver a España pasaban a ser unos sin papeles en su propio país. Los recursos administrativos ante el Ministerio de Justicia no se resolvían y solo nos quedaba una salida, la presión política.
Y cuando uno quiere una solución política, primero tiene que crear una corriente de opinión. Fue así como decidimos sacar la gestación subrogada del armario. Necesitábamos visibilizar nuestros casos y mostrar al mundo que éramos familias normales con las que se estaba cometiendo una injusticia. Nuestra red sirvió para articular una campaña de comunicación, elaboramos mensajes fáciles de entender, acudimos a los platós de televisión, a la prensa, iniciamos peticiones en actuable y creamos un blog.
La acogida en los medios fue muy buena, trataron el tema con respeto y cariño. Por primera vez, había familias que hablaban abiertamente de su paternidad por gestación subrogada. Curiosamente todas homoparentales; para la subrogación, son las parejas heterosexuales las que siguen en el armario.
La solución se hizo esperar, nuestra hija había cumplido un año cuando el pasado verano conseguimos su inscripción en el registro. Desde entonces se ha ido regularizando el acceso al Registro Civil de los niños nacidos por gestación subrogada. Y este es el primer Orgullo en el que nuestros hijos lucirán su ciudadanía española.
Gracias al esfuerzo y al trabajo de un grupo que cuenta ya con más de 100 familias, hemos conseguido dar un gran paso en los derechos reproductivos de las personas LGTB. Nuestra realidad ya no se esconde ni es objeto de programas amarillos. Todavía nos queda mucho por conseguir, pero este Orgullo 2012 estamos de celebración.

¿Cómo pueden dos hombres tener un hijo? ...6 formas de llegar a la homoparentalidad

Preguntas como esta se escuchaban frecuentemente durante la primera mitad del año 2005. Era la época en la que se discutía acaloradamente sobre la aprobación del matrimonio entre personas del mismo sexo:
"Que me lo expliquen, no entiendo cómo dos tíos pueden tener un hijo".
"Hombre + Hombre = Nada
Mujer + Mujer = Nada
Hombre + Mujer = Vida"
Los ataques al matrimonio igualitario argumentaban una supuesta infertilidad de gais y lesbianas que no sabemos qué tiene que ver con el matrimonio. Pero las personas LGTB no somos estériles, aunque en algunos casos necesitamos la ayuda de técnicas de reproducción asistida para tener a nuestros hijos.
Han pasado 7 años desde entonces y la ley de matrimonio igualitario ha favorecido que cada vez haya más familias homoparentales, aquellas en las que los progenitores son personas LGTB. Estamos ante un "homo baby boom" que está superando incluso las expectativas del Gobierno que sacó adelante la ley.
La visibilidad ha llevado a la aceptación. Muchos de los comentarios que se hacían con tanta tranquilidad hace sólo siete años, resultan hoy intolerablemente homófobos. Pero el desconocimiento sigue ahí, a juzgar por la cantidad de explicaciones que uno tiene que dar sobre cómo sus hijos vinieron al mundo.
Si eres una persona LGTB que quiere ser padre/madre, o si te estás preguntando cómo tuvieron a su bebé los dos chicos del 4ºC, la respuesta es probablemente una de estas 6 maneras:
  1. Familias reconstituidas: La más antigua y quizás la más olvidada. Muchos hombres y mujeres actualmente en relaciones homosexuales, han tenido hijos con parejas heterosexuales anteriores. Los niños en esta situación tienen padre y madre pero conviven parcialmente con su familia homoparental recunstituida por su padre con otro hombre o por su madre con otra mujer.
  2. Padres y madres transgénero: ¡Por supuesto que existen! Forman familias en las que uno de los progenitores ha pasado por la transición para adaptar su cuerpo al género con el que nació. Mujeres que nacieron con cuerpo de hombre, llegaron a ser biológicamente padres y que finalmente consiguieron ser las madres que siempre se sintieron. Hombres transexuales que han mantenido su aparato reproductor femenino y hoy son padres con capacidad de gestar a sus hijos. Familias que empezaron de manera tradicional y terminaron siendo homoparentales tras la reasignación de género de uno de los progenitores... Hay una gran diversidad de familias con un progenitor transgénero.
  3. Coparentalidad planificada: Se da cuando dos personas (pongamos que al menos una de ellas es LGTB) que no forman una pareja, se ponen de acuerdo para tener un hijo. En este caso, el proyecto de familia no tiene como base el amor romántico entre los progenitores sino simplemente el interés común de ser padres. Un ejemplo sería el de un hombre homosexual que tiene un hijo con una amiga y llegan a un acuerdo de coparentalidad similar al establecido por un convenio regulador tras un divorcio. Además, estas dos personas pueden tener a su vez pareja y aunque el vínculo de filiación se establece solamente con ellas, las estructuras familiares que resultan puede ser muy diversas.
  4. Reproducción asistida para mujeres lesbianas: Para lograr la maternidad en una pareja formada por dos mujeres, es necesario recibir una donación de esperma. El embarazo se puede conseguir por inseminación artificial o por fecundación in vitro, exactamente de la misma manera que se hace para parejas heterosexuales. En algunas ocasiones ambas mujeres quieren participar en el proceso, normalmente por una cuestión romántica. En estos casos, una de las mujeres aporta los óvulos, la otra la gestación y se recurre al mal llamado método ROPA (Recepción de Óvulos de la PAreja). En realidad lo que la madre gestante recibe son embriones procedentes de fecundación in vitro con óvulos de su pareja y esperma de donante. En cualquier caso, tras el nacimiento, se establece un vínculo de filiación con ambas mujeres, es decir, las dos son igual de madres a todos los efectos.
  5. Reproducción asistida para hombres homosexuales: En el caso de una pareja de hombres, no sólo hace falta recurrir a la donación de óvulos sino además acceder a la capacidad de gestar. En varios países se han desarrollado marcos legales para regular el encargo de la gestación a una mujer ajena a la familia: es lo que se llama gestación subrogada (y vulgarmente se conoce como vientre de alquiler). Los procedimientos médicos para la consecución del embarazo son exactamente los mismos que para parejas hetereosexuales, mujeres solteras o parejas de lesbianas.
    En la gran mayoría de las ocasiones, la mujer que dona los óvulos (donante) es diferente de la que gesta los embriones (gestante). Y es una decisión muy frecuente que los dos hombres de la pareja participen en el proceso, es decir, cada uno fecunda la mitad de los óvulos procedentes de la donación de manera que se transfieren al útero de la gestante dos embriones (uno genéticamente de cada hombre). Aunque el aumento de las tasas de éxito y el consiguiente riesgo de embarazos múltiple está haciendo más recomendable la transferencia de un único embrión.
    En cualquier caso, tras el nacimiento, el bebé es inscrito a nombre de sus dos padres ya que la mujer gestante renuncia a cualquier vínculo de filiación en virtud del contrato de subrogación. En España los contratos de subrogación son nulos, pero si se lleva a cabo el proceso en el extranjero es posible conseguir que España reconozca la filiación. Así lo establece una instrucción de la Direccion General de Registros y del Notariado (DGRN)(Ministerio de Justicia) desde octubre de 2010.
  1. Adopción y acogimiento familiar: La adopción es la forma de acceder a la paternidad que centró los debates previos a la aprobación del matrimonio igualitario y, sin embargo, cada vez es más minoritaria. Las administraciones son extremadamente garantistas con los derechos de los padres originales, lo que dificulta la ruptura del vínculo de filiación necesario para que un niño pueda ser adoptado. Parece que se olvida que la adopción es una medida social y legal para la protección del menor. Mientras los centros de acogida españoles se llenan de niños sin familia, se eternizan las listas de espera de familias idóneas para adoptar. 
    Desde 2005, las familias homoparentales pueden ser consideradas idóneas para la adopción. Sin embargo, la idoneidad para la administración española no es suficiente, también es necesario ser idóneo para el país de procedencia del niño. Y en la mayoría de los países las familias homoparentales están vetadas. La consecuencia es que la adopción es un camino muy difícil pero no imposible.
    El acogimiento familiar es una alternativa a la adopción en la que no se establece un vínculo de filiación con la familia receptora. Al mantener los padres originales la filiación, el proceso puede ser más rápido y sencillo. La desventaja es que no se accede a la paternidad sino a una custodia que no es indefinida, y en cualquier momento puede ser retirada. Las familias que se ofrecen en acogida tienen que tener voluntad de ser padres para ser idóneas, pero por otro lado tienen que estar dispuestas a separarse de los niños que acogieron como hijos. Esta paradoja se resuelve en muchos casos que terminan derivando en procesos de adopción.
Y para ilustrar modelos de familia, no hay nada mejor que verlos:
Este es el trailer del documental Right 2 Love, producido por FLG Asociación de Familias LGTB y dirigido por Adaia Teruel, que se presentó en el último encuentro europeo de famiias LGTB.